domingo, 1 de agosto de 2010

LA VIDA EN LA ADVERSIDAD

La adversidad es un reto constante y común para la humanidad.  Desde que estamos en el vientre materno vivimos en luchas, primero por sobrevivir y después por permanecer.  Cuando somos niños tenemos la actitud de los héroes de cuentos e historias que nos producen fuerzas provenientes de lo profundo de nuestro ser y, además, están los seres queridos que nos protegen y ayudan en muchos momentos para seguir adelante a pesar de las caídas.  Cierto que cuando los seres queridos no protegen sino que sobreprotegen entonces no nos transmiten valor para luchar sino miedo para vivir. 

No es sólo en el ámbito familiar donde recibimos lo bueno y lo malo, también puede ser en la escuela, la comunidad, el país de quienes recibimos las tradiciones, las canciones etc.  Sólo depende de nosotros asumir el firme compromiso de seguir luchando pese a las adversidades.  Puede que escuchemos las voces de aquellos que no han sido constantes luchando y viven bajo el manto terrible de la frustración, desaliento y miedo.  Son las voces que en muchas ocasiones nos invitan, sugieren y, a veces, imponen esa forma frustrante de vivir. 

Existen personas que no logran vivir el tiempo presente como viene, sino que piensan mucho sobre lo que todavía no ha llegado, lo que se deriva en preocupación y angustia ante un futuro incierto.  De hecho juzgamos el futuro con categorías del pasado y es por eso que en vez de ver las cosas con optimismo nos hacemos preguntas como: Y si sucede... ¿Cómo voy a hacer para...? Tengo que... Que no llegamos a...  Todo ésto nos amarga existencia, por no aceptar la verdad que consiste en la ignorancia total sobre nuestro porvenir, lo mejor sería esperar a ver llegar el momento y luego actuar en base a lo que nos viene como mejor podamos.  A mi también me cuesta no pensar en el futuro y en muchas ocasiones me aterroriza, aunque también, cuando me detengo a reflexionar sobre situaciones pasadas me doy cuenta de algo maravilloso, tengo años luchando y por experiencia siempre hay alguna salida o luz al final del tunel.  

Ánimo amigo o amiga, vivamos la vida con optimismo y salgamos a luchar y cuando alguien nos pregunte ¿para qué?.. Le responderemos contando los hermosos  días que hemos vivido, sin contar lo que nos deparará el futuro.

Roger