martes, 26 de abril de 2011

Valor! que tengo miedo

Cuando una situación desagradable se presenta en forma repentina todo nuestro ser se estremece.  El piso donde apoyábamos nuestras ideas, fuerzas, valores... se mueve con tal fuerza que desaparece aunque sea por unos instantes.  Lo cierto es que tales situaciones pasan tanto como lo hacen las bellas y agradables.  La vida humana fluctúa entre estos dos extremos, vivimos que si estuviéramos en una montaña rusa.  Viéndolo de esta forma todo parece sencillo, lo que hay que entender es que todas las situaciones pasan no se quedan para siempre. 
Lo único que hay que hacer es vivir cada una: las desagradables con "Valor" y las agradables con "Agradecimiento".  Pero el ser humano es más complicado de lo que parece, si bien es cierto que algunas personas privilegiadas logran alcanzar un estado de paz tan profundo como para no estremecerse con el vaivén de la vida, la gran mayoría no logra superar las situaciones difíciles porque te carcomen, te persiguen, te aterrorizan; la precariedad de la vida puede llegar a desembocar en un miedo terrible a seguir caminando, no vaya a ser que tengamos que enfrentarnos a otras situaciones similares y todos nuestros miedos se hagan realidad otra vez. 
La verdad es que el miedo es un componente que acompaña a la humanidad y tiene tal fuerza que corroe el alma humana con constancia, hasta que se presenta la desesperación.  Pero también el ser humano tiene herramientas tales como el "Valor" o coraje de enfrentar situaciones difíciles aun cuando se pueda experimentar un terrible miedo.  El miedo tiende a paralizarnos, el Valor o coraje a seguir caminando. 
Yo no se como hacen aquellas personas que no experimentan miedo, las admiro y respeto, pero para el resto del mundo, los miedos son un obstáculo que no ocupan espacio pero genera un gran peso.  El coraje nos ayuda a enfrentar los miedos para no quedarnos paralizados, nos invita a levantarnos cuando la apariencia es que nada vale la pena. El Valor o coraje nos ayuda a vivir pensando en positivo sobre todo en los momentos en que sólo vemos lo negativo. 
El vaivén de la vida solo se puede sobrellevar si logramos comprender ésta dinámica profunda e inyectar siempre que lo necesitemos una buena dosis de Valor para poder seguir luchando.
Roger Ruiz

sábado, 16 de abril de 2011

Amar y Creer que se ama.

Algunas personas se llaman místicas, porque intentan ver más allá de lo evidente y se deleitan con ello al contemplar la belleza de lo profundo de las cosas. A tales personas les preguntas acerca del amor y sólo podrán responder comparando lo que es la apariencia y lo que realmente es.  La verdad siempre está más allá de lo evidente.  Cuando se habla de amor podemos ver ejemplos cotidianos tales como ver una pareja de novios unidos a través de sus manos y compartiendo cosas que a los ojos de otras personas carecerían de importancia, sin embargo, no se puede afirmar categóricamente que se aman, a lo sumo pudieramos decir que están en ese proceso que los puede llevar a un amor profundo y hermoso. 
Amar no es fácil, implica un compromiso que no lo contemplan los contratos escritos o los ritos religiosos.  Amar va más allá que aceptar a la persona tal y como es, sobre todo con la intensión que cambie con el correr del tiempo y asi pueda ser imagen y semejanza de su pareja.  El amor lleva intríseco un compromiso de respeto y libertad, sin los cuales toda relación tiende a ser superficial.  Los celos, intrigas, rencores, envidias son situaciones que se pueden contemplar en el camino de aquellos que se aman, son obstaculos cuya razón de ser es hacerte abandonar el camino del amor y a los cuales debes enfrentar y vencer.  El que ama no tiene que estar predicándolo a voz en grito, simplemente lo vive e impregna el ambiente de tal forma que a pesar de querer ocultarlo a los ojos de los envidiosos, no puede pasar desapercibido.  Porque el amor no es solo un sentimiento, es la vida misma.  Por eso el amor no se encierra sólo a nivel de parejas sino que extiende a todo lo que un ser humano pueda realizar. Quien ama no es capaz de colocar etiquetas a las demás personas, por su raza, condición social, color etc. 
El que ama no puede fomentar el odio simplemente porque otros no compartan la misma forma de pensar.  El que ama perdona incluso a aquellos que no lo merecen.  No comprendo mucho a aquellas personas o instituciones que fomentan el odio, incluso en nombre de Dios.  Si una misma persona te habla que experimenta un amor profundo a otra persona, pero de su boca salen amarguras y rencores, no aceptación de los demás tal y como son, no estaríamos frente a alguien que ama sino que cree amar. 
En los medios de comunicación es frecuente encontrar todo lo necesario para odiar la vida y también, si lo buscamos, encontramos las formas de amar sin condiciones. Pero lo más importante es ver el amor como algo que se puede alcanzar, pero al no ser estático, siempre se podrá profundizar y crecer en ello. !Que hermoso es Amar!
Roger Ruiz

viernes, 8 de abril de 2011

¿Ser Feliz para Siempre?

Las historias que nos han contado desde pequeños, los cuentos que hemos leido o visto en la televisión y algún que otro relato de nuestros padres, sobre todo en las edades tempranas de nuestra existencia poseen un denominador común, nos presenta a la felicidad como meta.  No esta errada tal afirmación, el problema consiste en el concepto de felicidad.  Ya algunos filósofos, como Aristóteles decían que la felicidad es la meta del ser humano y que todos realizamos acciones en búsqueda de la misma.  Pero la felicidad de los cuentos infantiles y en general el concepto de felicidad que nos presenta la sociedad de consumo, dista mucho de lo que realmente puede llenar al corazón humano.

Muchos consideran la felicidad con la búsqueda y encuentro de un príncipe azul, que solucione todos los problemas económicos y sentimentales de la persona amada.  El concepto de mujer como una persona capaz y con los mismos derechos que los hombres es flagrantemente pasado  por alto, en su lugar solo se encuentra una persona sumamente hermosa, quien tiene derecho a ser feliz haciendo que su consorte sea feliz, su vida consiste en ser una esclava de otra  persona a quien pretende amar, quien no posee atisbo de compartir un amor profundo y corresponsable.  Cuando un niño lee o escucha tales historias, puede llegar a pensar que "la felicidad" entendida hasta ahora es inalcansable.  Cuando un niño observa a su familia generalmente disfuncional, donde el grito y los insultos son el pan de cada día y la invitación a madurar dirigida hacia ellos es cada vez más frecuente, cabe la pregunta de ¿Por qué tenemos que permitir que los niños no vivan sus etapas de infancia y adolescencia como lo que son, sin que les inviten a pensar y obrar como los adultos? ¿Por qué se pretende engañar a la infancia haciéndole ver que la felicidad consiste en tener un buen trabajo y para ello hay que estudiar mucho o que la meta de su vida es casarse y tener hijos, casas o apartamentos, automóviles, casas de campo y en la playa, con sus correspondientes deudas eternas, para que su felicidad sea plena?

Le contamos a los niños una zarta de mentiras para que ellos también sean tan infelices como lo son sus progenitores o familiares cercanos.  Si bien es cierto que la felicidad es posible, también es cierto que no es constante en las relaciones humanas, es más bien como el viento, a veces hay un vendabal a veces una brisa sueve.  Porque la vida está llena de momentos, los cuales pueden ser hermosos, terribles, angustiosos o llenos de paz. Pudiéramos empezar por decirle la verdad a los niños, prepararlos para aceptar la vida tal y como se presenta, incluidos los momentos difíciles de aceptar. 

El ser humano tiende a la felicidad, ella es su meta y su razón de ser, mas dicha felicidad viene como el oro, incrustado en las rocas duras de la vida y hay que pasarlos por el crisol para purificarlo y disfrutar de su brillo.  La actitud del ser humano es la que debe cambiar, no ver sólo lo negativo de la vida sino valorar cada momento como único e irrepetible.  Deberíamos tomar en cuenta aquellas historias que nos ayudan a la aceptación de la vida en la felicidad, disfrutando de cada momento feliz aunque sea fugaz, pero disfrutarlo verdaramente y no pensar tanto que se va a acabar y, por consiguiente, vendrán tiempos de tristeza, porque viviríamos amargados constantemente envenenado nuestro corazón del sin sentido del sufrimiento. La vida es mucho más hermosa si la aceptamos tal y como es, solo así seremos felices siempre.

Roger Ruiz

viernes, 1 de abril de 2011

¿Es Posible la Verdadera Amistad?

La verdadera amistad es dificil de conseguir, no tanto como la aguja en el pajar, pero no es fácil.  La amistad pasa por el fuego, como el oro, para ir quitando impurezas que destruyen las relaciones.  Durante la juventud no sabemos distinguir entre amigo y compañero, lo cual produce un sin fin de decepciones, una tras otra.  Porque no todas las personas que te expresan la amistad hacia ti realmente son amistades.  Algunos, experimentando dichas decepciones, intentan cerrar su corazón para que no vengan a hacer daño, más del que podemos soportar, lo cual me parece una opción válida pero que solo lleva a un callejón sin salida donde la norma es el aislamiento y la tristeza es el pan de cada día.  Otros, por el contrario, abren su corazón de par en par aunque vivan inmersos en depresiones constantes por no lograr entender que aquellas personas a quienes llamaba amigos o amigas, muchos lo que querían era aprovecharse y utilizarnos como a una cosa, mientras servimos nos declaran su amistad y cuando no somo útiles, nos sacan los trapos sucios, sobre todo cuando caemos en desgracia, en dicha ocasión los verás destruyendo cada palmo de tu vida ante otras personas que ni siquiera te conocen.

La amistad se va afianzando con el tiempo, pero no se basa en la ingenuidad sino en el respeto, la apertura de corazón pero de manera paulatina, en el compartir proyectos, en tener un hombro dónde poder llorar sin ser juzgados, en fin, en tener ese oasis en el desierto del cual ya hemos hablado.

La respuesta a la pregunta sobre la existencia de la verdadera amistad es muy simple, si es posible, sin embargo, no todo el que te dice ser tu amigo realmente lo es, sino el quien lo va demostrando con el tiempo.  La amistad no puede basarse en algo superficial aunque los actos que se realizan lo sean, va más allá de un simple acompañar, es dar y darse, sentirse acompañado sin ser solo compañeros.  Muchas y bellas amistades pueden nacer de algún compañero de estudio o trabajo, pero sólo se puede dar el paso a la amistad cuando logramos aceptar a la otra persona, tal y como es, no tanto tal y como queremos que sea; lo cual sería un error garrafal, tener amistades para cambiarlas a nuestra imagen y semejanza, porque ya no sería un amigo sino un títere, perdemos el respeto y no dialogamos, dándo paso a monólogos sin sentido.

Benditos sean mis amigos y amigas, quienes a pesar de la distancia están cercanos en mi corazón y estoy seguro que yo estoy en el de ellos o ellas.

Roger Ruiz