viernes, 1 de abril de 2011

¿Es Posible la Verdadera Amistad?

La verdadera amistad es dificil de conseguir, no tanto como la aguja en el pajar, pero no es fácil.  La amistad pasa por el fuego, como el oro, para ir quitando impurezas que destruyen las relaciones.  Durante la juventud no sabemos distinguir entre amigo y compañero, lo cual produce un sin fin de decepciones, una tras otra.  Porque no todas las personas que te expresan la amistad hacia ti realmente son amistades.  Algunos, experimentando dichas decepciones, intentan cerrar su corazón para que no vengan a hacer daño, más del que podemos soportar, lo cual me parece una opción válida pero que solo lleva a un callejón sin salida donde la norma es el aislamiento y la tristeza es el pan de cada día.  Otros, por el contrario, abren su corazón de par en par aunque vivan inmersos en depresiones constantes por no lograr entender que aquellas personas a quienes llamaba amigos o amigas, muchos lo que querían era aprovecharse y utilizarnos como a una cosa, mientras servimos nos declaran su amistad y cuando no somo útiles, nos sacan los trapos sucios, sobre todo cuando caemos en desgracia, en dicha ocasión los verás destruyendo cada palmo de tu vida ante otras personas que ni siquiera te conocen.

La amistad se va afianzando con el tiempo, pero no se basa en la ingenuidad sino en el respeto, la apertura de corazón pero de manera paulatina, en el compartir proyectos, en tener un hombro dónde poder llorar sin ser juzgados, en fin, en tener ese oasis en el desierto del cual ya hemos hablado.

La respuesta a la pregunta sobre la existencia de la verdadera amistad es muy simple, si es posible, sin embargo, no todo el que te dice ser tu amigo realmente lo es, sino el quien lo va demostrando con el tiempo.  La amistad no puede basarse en algo superficial aunque los actos que se realizan lo sean, va más allá de un simple acompañar, es dar y darse, sentirse acompañado sin ser solo compañeros.  Muchas y bellas amistades pueden nacer de algún compañero de estudio o trabajo, pero sólo se puede dar el paso a la amistad cuando logramos aceptar a la otra persona, tal y como es, no tanto tal y como queremos que sea; lo cual sería un error garrafal, tener amistades para cambiarlas a nuestra imagen y semejanza, porque ya no sería un amigo sino un títere, perdemos el respeto y no dialogamos, dándo paso a monólogos sin sentido.

Benditos sean mis amigos y amigas, quienes a pesar de la distancia están cercanos en mi corazón y estoy seguro que yo estoy en el de ellos o ellas.

Roger Ruiz

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