viernes, 19 de febrero de 2010

EL VAIVEN DEL CAMBIO

Imposible es la palabra preferida de aquellos que consideran que la vida es demasiado difícil para poder llevarle el ritmo.
Cuando alguien es capaz de atreverse a hacer cambios profundos en su vida, no dejan de escucharse las voces, por todos lados de aquellos que consideran que se debe esperar a tiempos mejores, que hay crisis, que no se consigue trabajo, que eres demasiado viejo para esto.
Luego te enfrentas a la realidad y vives estos acontecimientos en carne viva, aunque agregándole el factor miedo se hace tan difícil de llevar como cuando te dejas intimidar por la montaña que has pensado subir.
Sin embargo la vida debe llevarse poco a poco, no dejándote guiar por los profetas del desastre, quienes a la larga, tienen una visión tan reducida de la vida que todo les parece cuesta arriba. Toda montaña es demasiado empinada para subirla, sobre todo cuando comienzas el camino y si a esto le agregas la madurez que te hace sabia y miedoso, todo se enreda y provoca no continuar.
En éstos momentos cuando todo está en contra, cuando no percibimos las mejoras porque hemos perdido la capacidad de sorprendernos de los pequeños detalles, es cuando hacemos un acto de fe y seguimos viviendo, dando el primer paso hacia la montaña y luego el segundo, porque al final lo importante no es ir contra reloj sino contra la corriente de aquellos que vaticinan el fracaso mucho antes de comenzar a caminar.
Las cosas se pueden tornar difíciles o muy difíciles, pero no significa que imposible superarlas, basta con hacer un acto de fe, que consiste en caminar con la firme convicción que en el camino se enderezan las cargas. No digo que el cambio se realice con facilidad, pero produce mayor satisfacción cuando somos capaces de cambiar para ser más felices.
Puede que haya momentos muy fuertes y que te dejes llevar por la derrota, siempre y cuando solo sean pequeños momentos que desembocan en un empuje mayor de optimismo ante la vida. Porque la verdad es que a medida que se avanza en éste hermoso camino de cambios, también se experimentan satisfacciones que no las entiende aquel que se anquilosa en sus miedos al movimiento de la vida.
Adelante, somos humanos, pero no dejemos que nuestro espíritu se doblegue en el vaivén de la trivialidad.
Roger Ruiz

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