
Me encanta dar gracias a la vida por cada día que pasa. Entiendo perfectamente que existen muchas situaciones dificiles que pueden producir exhaltación del corazón ante problemas sin solución aparente. Pero como somos seres contradictorios, agradezco no sólo el pan de cada día, sino también el jamón, los encurtidos, las legumbres y frutas semanales o mensuales según el caso. Experimento mucha paz y relajación en cosas sencillas como mirar un atardecer, sentir la brisa aunque tenga que quedarme quieto para poder persivirla. Me gusta disfrutar de un licor y una pipa leyendo un buen libro, que los hay en abundancia. Antes compraba cantidades impresionantes de libros, ahora lo pido prestado en la biblioteca cercana y es igual de divertido.
Total que la vida tiene momentos muy hermosos, con todo y sus problemas. Sé que experimento momentos de angustia, porque solo soy un ser humano y también noto que cada vez éstos sentimientos pierden fuerza. Llega un momento en la vida, una encrucijada, un climax en que o tomamos la decisión de vivir la vida intensamente o nos dejamos llevar por el desaliento y la desesperación convirtiendo cada instante en un infierno terrenal. Yo he tomado la decisión de vivir feliz.
Roger
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