sábado, 23 de enero de 2010

¿Filósofos sin Trabajo?

Hay cosas en la vida que nos cuesta asumir, hay personas que se burlan de lo que somos o representamos. Existen quienes denigran y quienes restan importancia al último oficio que un ser humano está dispuesto a hacer, ser filósofo. Los que están en el contexto de mis palabras saben por cultura general que aquellos que comenzaron tan noble oficio, lo de oficio es un decir pero no para ofender, pertenecían a una cierta clase social donde podían darse el lujo de reflexionar sobre las preguntas fundamentales de la vida, para dar sentido a la realidad, en ocasiones cruel, de la vida. Por supuesto, que algunos lo tomaron como un oficio dónde su mayor fin era iluminar aquellos que estaban en la oscuridad y de paso podían ganarse el pan de cada día.
En el tiempo presente, algunos consideran que la filosofía ayuda a las personas a recobrar la felicidad perdida y sobre todo el valor de vivir. Sin embargo, la verdad es que las personas, sobre todo en tiempos de crisis piensan en otras cosas, diría que más urgentes: trabajo, casa, muebles, electrodomésticos, alimentos…que gastan y desgastan la vida, no poco a poco, sino vertiginosamente.
La filosofía sigue siendo un lujo para aquellos que desean cubrir las necesidades básicas de la existencia. Un ejemplo puede iluminar la situación: una pareja decide hacer vida en común y mudarse a un apartamento, si éste se encuentra vacío, el 99 % no se preocuparía de colocar una cuadro hermoso para ellos y prescindir de la cama la frigorífico y la cocina, antes bien buscan subsanar esas cosas porque son importantes, imprescindibles, vitales. Cuando obtienen tales cosas básicas planifican comprar otras de parecida necesidad al final comprarán no solo uno sino varios cuadros que vayan con la estética del lugar. Conclusión tales cosas son importantes ninguna de ellas llena la vida, un cuadro agradable para la pareja les llena su existencia, les proyecta a un sin fin de sentimientos, pero el cuadro no tiene ninguna función práctica pero su hermosura balancea toda necesidad.
La filosofía tiene un fin práctico según dicen algunos contemporáneos y aún así no se agota con lo práctico sino que nutre, deleita, pacifica y vierte razones para vivir. Últimamente he estado cerca de personas que abren sus labios para quejarse de la vida o de lo caro de las cosas, falta de trabajo o no poder tener más de lo que tienen, o dejar las vacaciones para el propio país. La filosofía tiene una respuesta clara para las preguntas fundamentales que cada uno se plantea aunque sea por un breve instante. El odio mueve, la envidia mata, la soberbia hiere, la filosofía sana. No tiene mucha demanda de empleo y sin embargo por más que muchos quisieron no se acabará mientras exista una persona capaz de reflexionar.
Roger Ruiz



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